Estaba yo, preparando para el primer dia del resto de mi vida, el dia donde me convertiria en un entrenador Pokemon, era mi mas grande sueño, ademas de ser un bromista nato. Me ponia mi camisa rota en el cuello, que siempre me dio flojera coserlo, al igual que la manga izquierda.
Sali de casa despidiendome de mi madre con mugo acojo, ya que fuese posible que no la viera dentro bastante tiempo. En fin, me dirijia al laboratorio feliz esperansado a que consiguiera a mi Pokemon preferido, Snivy.
Llegue al laboratorio, como siempre, estaba Oak trabajando en algo importante, mire a otro lado y vi una repisa llena de Pokeballs.
- Heem...profesor ?
Pregunte para ver si contestaba.